Una balada melancólica

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Una balada melancólica

Si pensamos en Elisabeth Siddall, la primera imagen que nos viene a la cabeza, quizá la única, es la de una mujer de cabello rojizo flotando en un río. Sin embargo, Elisabeth Siddall fue alguien más allá que Ofelia, imagen por la que se la recuerda y la que quizá haya sido también la que la ha condenado al olvido.

Como pintora fue la primera mujer que consiguió participar en una exposición con el resto de los pintores de la Hermandad Prerrafaelita, además de vender un cuadro. Contó con la crítica positiva y el mecenazgo de John Ruskin, el crítico más valorado del momento. Sin embargo, su carrera pictórica fue eclipsada por su maestro y, más tarde, esposo, Dante Gabriel Rossetti y por su delicado estado, resultado de su trabajo como modelo para el citado cuadro de Millais.

Menos se sabe aún de su vertiente lírica, a pesar de su amor por la poesía, a través de la cual pudo dar rienda suelta a su necesidad creativa ante su precario estado de salud. Actualmente solo han podido recuperarse 16 de sus poemas.

A principios de 2020 descubrí su carrera literaria, más allá de su trayectoria como pintora y musa de los prerrafaelitas, de su trágica vida y su legendaria muerte. Desde entonces, junto con Elena Pardo, nos hemos sumergido en su lirismo y hemos recreado cada uno de sus poemas a través del collage. Siendo esta nuestra particular manera de recuperarla del olvido y visibilizar su legado artístico.

A través de recortes y palabras extraídas de los propios poemas de Siddall en su versión original, hemos convertido en imagen sus versos con el objetivo de acercar a su obra. Cada una de estas piezas están creadas de manera colaborativa, de tal modo que hemos ido intercalando la responsabilidad de la imagen o el texto en una de nosotras. El uso de esta creación conjunta no es casual. Con ella queremos manifestar la importancia de generar redes de sororidad entre mujeres artistas que nos permitan mantener y transmitir nuestra herencia, poniendo en valor referentes femeninos que la historia ha condenado al oscurantismo.

Antes del desarrollo de estas 16 piezas, creamos otra en técnica mixta con el título Una balada melancólica, que también da nombre al proyecto completo, y que está extraído del prólogo del libro donde se has publicado las obras completas de la artista. Esta obra es nuestro particular homenaje a la figura de Siddall, como artista completa con una sensibilidad extraordinaria que no dejó de crear a pesar de la enfermedad. El lienzo como soporte y las pinceladas de acrílico nos hablan sobre su obra pictórica, los recortes sobre sus barreras por ser mujer y el poema, especialmente escrito para la pieza, sobre su trayectoria poética.

Su pequeño formato nos conecta con el intimismo de sus versos, con la mujer que se construye en sujeto y creadora, y con el lienzo, de poco más de 20 cm, que realizó entre 1853-1854 en el que la artista se autorretrataba. El único en el que mira a los ojos.

Se dice que sus versos son fieles a su época, propios de los gustos y estilo victoriano. En ellos se habla de amor, de muerte, de pérdida, de culpa, de imposibilidad... Sin embargo, a pesar de su corte clásico y su simbolismo religioso, nosotras quisimos contemporalizarlos, a través de estas técnicas, al darnos cuenta que, inherentemente, estos poemas recogían los ideales del amor romántico sobre el que se sostienen, también ahora, gran parte de las relaciones tóxicas. Las mismas que condujeron a Siddall por una desdichada vida y falta de conocimiento y reconocimiento artístico.

De este modo, Una balada melancólica nos invita, por un lado, a reflexionar sobre los pilares sobre los que se asienta nuestra cultura, donde se alimentan narrativas e ideales de mujer daniños. Por otro, es una reivindicación al papel de las artistas en la historia del arte, como referente y estímulo, aquellas que fueron borradas por sus propios maestros o maridos.

Proyecto expuesto en La Tetería, Rivas-Vaciamadrid, de febrero a marzo de 2022, El perro de Pavlov, Madrid, en mayo de 2022, en La Libre de Barrio, Leganés, entre octubre y diciembre de 2022 y en The Stendhal Room, Madrid, en los meses de marzo y abril de 2023.